Overview

Although countries in Latin America and the Caribbean are at various stages in their demographic transition, most of them are experiencing a period that is particularly conducive to economic development known as the demographic dividend, in which the proportion of working-age people increases relative to the rest of the population. This economically favorable period can contribute to the creation of the necessary savings, productive conditions, financial and social institutions, and social protection systems to accelerate progress towards Sustainable Development Goals (SDGs). This beneficial period will be followed –sooner in some countries and later in others— by a period of rapid population ageing that will pose new social and economic challenges which can impede progress towards SDGs.

Taking advantage of the opportunities and responding to the new challenges presented by the demographic transition require forward-looking policies which take account of population dynamics. Progress toward achievement of SDG targets is inseparably linked to population trends. Implementation of policies to seize the opportunities for economic growth, and respond to the social protection needs of a changing population, are also critical opportunities for addressing the high level of economic inequality that has long characterized the region. Hence, the success of the 2030 Agenda for Sustainable Development, which pledges that no one will be left behind, is strongly bound to anticipating and planning for the effects of the demographic transition that will unfold during the SDG period.

The National Transfer Accounts (NTA) system provides the first comprehensive approach to measuring all aggregate economic flows across age and time (Mason, et al. 2009). The accounts encompass flows realized through capital accumulation and transfers, distinguishing those mediated by public institutions from those relying on private institutions. By providing a framework for understanding the impact of changing age structures on national economies, the NTA system allow us to fully integrate population dynamics into sustainable development planning, which has become even more crucial with the adoption of the 2030 Agenda for Sustainable Development, as well as the Montevideo Consensus for Population and Development.

Gender is also a key factor to consider when formulating sustainable development policies. In addition to the demographic dividend, the demographic transition has also created favorable conditions for another phenomenon whose positive impact on the economies of the region may be equal or even superior to the impact of the demographic dividend; this is the “gender dividend”, resulting from the increase in female labor force participation, which implies overcoming discriminatory barriers against women that exist both inside and outside of the labor market. The National Time Transfer Accounts (NTTAs) provide the framework for assessing the magnitude of the gender dividend as well as the changes in gender specialization in economies over time, the hidden “care economy”, and progress toward gender equality, which per se constitutes a specific SDG.

The 12th Global Meeting of the National Transfer Accounts Network will take place July 23-27 in Mexico City, with the theme "Opportunities and Challenges of the Demographic Transition for Meeting the 2030 Agenda and the Sustainable Development Goals". It will include a one day Conference that is open to policy makers, the media, researchers, students, and the public, as well as four days of workshops, discussion groups, and training sessions. This meeting is co-organized by Consejo Nacional de Poblacion in Mexico (CONAPO), the East-West Center (EWC), and by the Center for the Economics and Demography of Aging at the University of California in Berkeley (CEDA).


Oportunidades y Retos de la Transición Demográfica para contribuir al cumplimiento de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible A pesar de que los países de América Latina y el Caribe se encuentran en distintas etapas de transición demográfica, muchos de ellos están experimentando un periodo que es particularmente favorable para el desarrollo económico, éste es conocido como el dividendo demográfico, en el cual la proporción de personas en edad de trabajar se incrementa de manera relativa al resto de la población. Esta etapa económicamente favorable puede contribuir a la creación de los ahorros necesarios, de las condiciones productivas, de las instituciones sociales y financieras y de sistemas de protección social para acelerar el progreso hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A esta fase beneficiosa lo seguirá – en algunos países antes que en otros- un periodo de acelerado envejecimiento de la población que generará nuevos retos sociales y económicos que pueden impedir el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Aprovechar estas oportunidades y responder a los nuevos retos que presenta la transición demográfica requiere de políticas con visión de futuro que tomen en cuenta la dinámica poblacional. Avanzar hacia el cumplimiento de los ODS se encuentra fuertemente ligado a las tendencias poblacionales. La implementación de las políticas para aprovechar las oportunidades del crecimiento económico y responder a las necesidades de protección social de una población cambiante, son críticas para enfrentar el alto nivel de inequidad económica que ha caracterizado por mucho tiempo a la región. Así pues, el éxito de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que establece que no debe quedarse nadie atrás, debe anticipar y planear los efectos de la transición demográfica que tendrán lugar durante el periodo de los ODS.

El sistema de Cuentas Nacionales de Transferencia (CNT) provee el primer enfoque integral para medir los flujos económicos agregados a través de la edad y el tiempo (Mason, et al. 2009). Las cuentas incluyen flujos obtenidos a través de la acumulación de capital y transferencias, diferenciando entre aquellas mediadas por instituciones públicas y aquellas que dependen de instituciones privadas. Al proveer un marco para comprender el impacto de los cambios en las estructuras de edad en las economías nacionales, el sistema de CNT permite integrar por completo la dinámica de población en la planeación del desarrollo sostenible, que se ha vuelto esencial con la adopción de la Agenda 2030 así como del Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo.

El género es un factor clave que debe ser considerado al formular política pública para el desarrollo sostenible. Además del dividendo demográfico, la transición demográfica ha creado también condiciones favorables para otro fenómeno cuyos efectos positivos en las economías de la región pueden ser iguales o superiores a las del dividendo demográfico; éste es el “dividendo de género”, que resulta del incremento de la participación femenina en la fuerza laboral, lo que implica la superación de barreras discriminatorias en contra de las mujeres que existen dentro y fuera del mercado laboral. Las Cuentas Nacionales de Transferencia de Tiempo proveen un marco para evaluar la magnitud del dividendo de género así como los cambios en la especialización de género en las economías a lo largo del tiempo, la economía de cuidados y el progreso hacia la igualdad de género, que por sí misma constituye un ODS específico.


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